Un día te descubres un bulto en el pecho, o te haces una mamografía rutinaria, y te dicen que algo no está bien. Comienza entonces un periodo de incertidumbre y piensas: “Esto no puede pasarme a mí”.
Para empezar queremos que sepas que tienes el derecho de recibir información suficiente, clara, oportuna y veraz y de recibir una atención médica adecuada, avalada por conocimientos actualizados y que sean sustentados en tratamientos que han demostrado tener las mejores oportunidades de solución al problema. De la mano de estos derechos se encuentra el de recibir un trato digno y respetuoso, y que este trato se haga extensivo a familiares o acompañantes, además de ser tratado con confidencialidad y privacidad.
El cáncer es una enfermedad cuya posibilidad de prevención es muy grande, todas las mujeres deben someterse a una exploración de rutina anualmente incrementando la posibilidad de que el cáncer se pueda encontrar en una etapa temprana, cuando sus posibilidades de curación son mayores.
Los antecedentes familiares son un factor de riesgo importante de desarrollar cáncer. Los científicos han descubierto que los factores hereditarios (genes) juegan un papel importante en muchos tipos de cáncer, tanto en los más comunes, por ejemplo, de mama, ovario, colorrectal y próstata, como en los menos frecuentes. En relación con la frecuencia, se ha estimado que alrededor del 20% de las mujeres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares y menos del 5% tienen una historia familiar sugestiva de la condición de portadoras de una mutación genética.
Muchos factores de riesgo se han asociado con un incremento en la incidencia del cáncer de mama. Éstos incluyen el primer ciclo menstrual a temprana edad (antes de los 12 años de edad) y una menopausia tardía a edad avanzada (después de los 55 años de edad); el riesgo se incrementa con un número alto de ciclos menstruales. Además, los factores de riesgo incluyen el nacimiento del primer hijo a edad avanzada (después de los 28 años de edad), el uso de terapia de reemplazo hormonal, el uso de anticonceptivos orales y una dieta rica en grasas y obesidad. Algunas investigaciones indican que existe una relación entre las hormonas y el cáncer de mama. Así mismo el fumar también se asocia con un incremento en la incidencia del cáncer de mama del tipo receptor hormonal negativo.
El cáncer de mama es un tumor maligno de la mama que afecta en su mayoría a mujeres y en menor frecuencia a varones, en el Perú ocupa el segundo lugar después del Cáncer de Cuello Uterino, se origina en las células de los conductos y lobulillos mamarios, que son los que conectan a las glándulas que producen leche por el pezón. Las células normales se reproducen y mueren en forma equilibrada y se transforman en malignas cuando se reproducen rápidamente y pierden la capacidad de morir y es entonces que se duplican permanentemente hasta formar un tumor que crece sin límites.
En un principio cuando son pocas las células malignas existen barreras naturales que impiden que lleguen a otras partes del cuerpo, esta barrera se llama membrana basal, es en este momento cuando se llama carcinoma in situ y es la fase de la enfermedad que tiene las mayores posibilidades de curación, por lo regular las lesiones no son palpables y en general no producen síntomas, se detectan mediante Mamografía, con menos frecuencia puede existir una masa palpable o secreción a través del pezón (sanguinolento achocolatado), así mismo se puede obtener al estudiar un espécimen quirúrgico de una lesión benigna. En el momento que la membrana basal es destruida se le llama al cáncer invasor, porque a partir de este instante las células malignas se ponen en contacto con los vasos linfáticos y sanguíneos y pueden viajar a través de ellos y llegar a otras partes del cuerpo. En el caso del sistema linfático, las células malignas pueden viajar a los ganglios de la axila, se presenta como tumor palpable no doloroso; en la mama puede producir cambios en la piel como retracción, piel de naranja y ulceración.
El diagnóstico de cáncer de mama se basa primero en el hallazgo de un tumor mamario y el método de más seguridad para confirmar el diagnóstico es la biopsia del tumor que consiste en obtener una muestra del tejido del tumor ya sea parcial, total o con aguja Trucut, antes de decidir el tratamiento. La llamada prueba triple que consiste en hallazgos clínicos de tumor, mamografía positiva y biopsia positiva, son elementos que aseguran que el cáncer está presente o ausente en más del 95% de los casos. No hay método alguno que por si solo tenga una eficacia del 100 % incluso una mamografía normal no descarta malignidad por lo tanto se complementa con la palpación.
La etapa clínica es lo que determina el comportamiento de la enfermedad, y depende de tres cosas, el tamaño del tumor, la presencia de ganglios linfáticos palpables y la presencia de enfermedad a distancia en pulmones, hígado, huesos, cerebro, etc.
La selección de la estrategia terapéutica apropiada depende de la ubicación, tamaño de la lesión, tamaño de la mama, edad de la paciente, presencia o ausencia de enfermedad multicéntrica, deseos de la paciente acerca de la preservación de la mama para un buen resultado cosmético, evitando la angustia de un tratamiento radical; en general depende del tipo, grado, estadio clínico y algunos factores de riesgo entre otros, teniendo como armas la cirugía radical o conservadora, quimioterapia, radioterapia y hormonoterapia (administración de hormonas castración ovárica, este tratamiento implica el estudio del endometrio periódicamente mediante ecografía transvaginal).
La curación en el cáncer incipiente o carcinoma in situ alcanza el 95%, mientras en etapas tempranas (estadio I y II) la tasa de curación alcanza el 80-90%. Como es lógico suponer a mayor etapa menor posibilidad de curación, recuerde que la letalidad del cáncer de mama depende de la posibilidad de tener enfermedad más allá de la mama. Sin embargo es muy importante que independientemente de la etapa en que se encuentre piense que en todas existe la posibilidad de curarse y que una actitud positiva y activa le brindará una base importante para vencerla.
Se recomienda que las mujeres mayores de 40 años se realicen una mamografía cada año y si tienen algún factor de riesgo a partir de los 35 años de edad, pudiendo revelar irregularidades y ayudar a detectar en forma temprana y en mujeres más jóvenes el examen recomendado es la ecografía. Es importante además el autoexamen de la mama.
Cada día existe más interés sobre la información de la prevención del cáncer y la ciencia de la exploración en las personas con alto riesgo. Tanto los médicos como el público en general reconocen que el mejor “tratamiento” para el cáncer es prevenir que ocurra o detectarlo tempranamente, cuando las posibilidades de curación son mayores, por lo tanto es recomendable acudir al especialista (Cirujano oncólogo o Mastólogo Oncólogo).
Dr. Absalón Montoya Guivin
Cirujano Oncólogo